La calidad es la mejor receta con la que cuenta la prensa escrita ante los cambios del mercado introducidos por internet, los diarios gratuitos y la crisis económica. Los datos de la Oficina para la Autoría de la Circulación del Reino Unido, país en el que la distinción entre prensa sensacionalista y de calidad está muy marcada, llevan tiempo insistiendo en que mientras la primera está en retroceso, la segunda está aguantando mejor la coyuntura. Pero es en el mundo de las revistas donde la tendencia es más notoria.
Revistas informativas de análisis, con espacio para la reflexión y artículos sobre pensamiento político y social, están en claro ascenso. «The Economist» y «The Spectator» han subido en el último año alrededor de un 5 por ciento, mientras que revistas masculinas como «Maxim», «Zoo» y «Nuts» han perdido entre un 10 y un 60 por ciento de sus ventas.
Según los últimos datos oficiales, «The Economist» ha crecido en el último año un 5,6 por ciento en el Reino Unido, donde vende 182.000 ejemplares del total de 1,3 millones que distribuye en todo el mundo, cifra esta última realmente histórica para esta publicación de referencia. «The Spectator», revista de tendencia conservadora pero no casada con los tories británicos, ha registrado un aumento del 4,9 por ciento, alza similar a la que ha venido experimentando los últimos años.
Otros ejemplo: «Prospect», una publicación mensual y no semanal como las dos anteriores, que ha pasado de los 5.000 ejemplares de su lanzamiento en 1995 a los 27.500 actuales, con un crecimiento del 10,7 por ciento en el último año.
Búsqueda de interpretación
La razón del buen momento de las revistas con un contenido de calidad hay que encontrarla en que la era de internet y la globalización las está potenciando, según consideran sus directores. Para John Micklethwait, director de «The Economist», la inestabilidad geopolítica y la confusión de un mundo convertido en algo global hace que la gente busque interpretación de lo que ocurre alrededor. «Tiempos en los que la gente piensa que enormes cosas están pasando a su alrededor son buenos para las revistas», ha declarado en un artículo publicado en «The Guardian».
Por su parte, el director de «The Spectator», Matthew d´Ancona, indica que la idea de que en 1989, con la caída del Muro de Berlín, se terminaba la historia se ha demostrado equivocada.
«Hay grandísimas áreas de contestación y debate, y son algo fascinante sobre lo que leer», asesgura. Para el director de «Prospect», David Goodhart, este tipo de revistas va en contra de los ciclos económicos: «Cuando la gente tiene ansiedad y está preocupada y la cosas se salen de pronto de su sitio, hay demanda de lo que hacemos».
domingo, 28 de septiembre de 2008
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