martes, 15 de julio de 2008

La relación de amor-odio entre científicos y periodistas


MADRID.- Había una vez un mundo, el de la ciencia, que tenía sus propios enemigos y su propio código de honor. Su mayor adversario eran los periodistas y si un científico osaba compartir sus estudios con ellos era considerado un hereje. Contaban que si un miembro de la comunidad hablaba con estos temidos seres, inmediatamente vería su trabajo distorsionado y sus colegas de profesión se avergonzarían de él. Mucho tiempo después de que varias generaciones hayan escuchado esta historia, la revista 'Science' pone fin a la leyenda y demuestra que la realidad es distinta.

Una encuesta con 1.354 científicos de cinco países punteros en investigación -EEUU, Japón, Reino Unido, Francia y Alemania- que habían aparecido en prensa, al menos, una vez en los últimos tres años, indica que para el 57% fue una "experiencia muy positiva" y tan sólo el 6% se mostró insatisfecho con el resultado final. Además, para la mayoría su trabajo estaba explicado correctamente.

Este estudio, coordinado por Hans Peter Peters, del centro de investigación Jülich de Alemania, reconoce sin embargo que todavía un 34% de los científicos cree que la "cultura científica no es compatible con la labor periodística". Pero, en general, la relación ha evolucionado con el paso del tiempo y la actitud de unos hacia otros es mucho más favorable que hace una década.

Los dos motivos principales por los cuales los investigadores de los cinco países aprecian salir en la prensa en la actualidad, a diferencia de sus antecesores, son, en primer lugar, por la posibilidad de acercar su trabajo a la gente (93%) y, en segundo término, por contribuir al desarrollo científico de la sociedad (92%).

Asimismo los científicos reconocen que aquellos que son más visibles, más conocidos para el gran público, tienen más credibilidad y más opciones de encontrar financiación para futuros trabajos.
No obstante, aún persisten temores. El más común tiene que ver con la falta de control sobre la información que finalmente será publicada. De hecho, nueve de cada 10 encuestados afirma que el riesgo de que los periodistas alteren sus palabras es uno de los factores que más desaniman a la hora de hablar. Las posibles críticas recibidas de otros colegas investigadores también es motivo de preocupación para un 42%.

En busca del experto adecuado

Aquellos investigadores que interactúan más con los periodistas tienden a ser los más experimentados y productivos, lo que según los autores del artículo de 'Science' se debe a que los periodistas hacen bien su trabajo a la hora de buscar al mejor experto para hablar de un tema.
"Teniendo en cuenta las malas experiencias que hemos oído contar a los científicos sobre su relación con algún periodista y dada la diferente mentalidad de ambas profesiones, nos ha sorprendido mucho que la encuesta (la más grande hasta la fecha) refleje unas relaciones tan fluidas, mucho mejores de lo que creíamos", declara Steve Miller, del Departamento de Ciencia y Tecnología de la Universidad de Londres y uno de los autores del trabajo.

"Lo que nos está diciendo es que no debemos creer todas las historias de horror que nos han contado. Los periodistas no comen, por sistema, científicos para desayunar", concluye bromeando.

Tomado de www.elmundo.es

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