www.books.google.com www.books.google.es
Todos los libros del mundo al alcance de un clic. O casi todos. Los que se escribirán y los que fueron escritos hace siglos. Los incunables y los absurdos. La buena y la mala literatura. No es una fantasía. En la gran biblioteca virtual que Google quiere construir en Internet se acumulan ya un millón de tomos, escritos en 40 idiomas distintos, digitalizados en un centenar de países, a los que se puede acceder a través del buscador de libros (books.google.es).
Imposible barruntar hasta dónde llegará el almacenaje virtual. No hay límite previsto, según Luis Collado, responsable del área de búsqueda de libros de Google. De momento, 20.000 editoriales y 28 bibliotecas (Oxford, Harvard, Stanford y Nueva York, entre otras) han aceptado la oferta para digitalizar sus fondos y colgarlos en la web desde que la iniciativa se lanzó en 2004.
La primera institución española en sumarse fue la Universidad Complutense de Madrid, seguida de la Biblioteca de Cataluña. "Marcará un antes y un después en el acceso al conocimiento, hoy en día más del 90% de la humanidad no tiene fondos accesibles", indicó el director de la biblioteca Complutense, José Antonio Magán. Una pantalla y una línea telefónica permitirán combatir este desigual acceso al conocimiento. Sin censuras, según Collado.
La única diferencia entre países puede depender de las leyes que regulen la propiedad intelectual. Porque el proyecto defiende los derechos de autor. Hay obras de dominio público que pueden descargarse, como los Libros del saber de astronomía, de Alfonso X el Sabio, de los que se reproduce una página en la imagen.
Esta joya se encuentra en la Biblioteca Histórica de la Universidad Complutense, un espacio donde se conservan tesoros científicos y académicos como un poema carolingio de Rabanus Maurus del siglo IX, la Cosmografía de Claudio Ptolomeo (XV), la Biblia políglota (XVI) o un Quijote editado por la Real Academia en el XVIII.
Todos ellos, así como sus 725 incunables, podrán consultarse en Internet tras la digitalización iniciada esta semana.
Sin embargo, las obras con copyright permitirán sólo una consulta limitada a ciertos extractos y ofertarán opciones de compra online o listados de librerías cercanas. Es el equivalente a hojear un volumen en una librería, comparó Collado. En puridad, serán ojeados.
Todos los libros del mundo al alcance de un clic. O casi todos. Los que se escribirán y los que fueron escritos hace siglos. Los incunables y los absurdos. La buena y la mala literatura. No es una fantasía. En la gran biblioteca virtual que Google quiere construir en Internet se acumulan ya un millón de tomos, escritos en 40 idiomas distintos, digitalizados en un centenar de países, a los que se puede acceder a través del buscador de libros (books.google.es).
Imposible barruntar hasta dónde llegará el almacenaje virtual. No hay límite previsto, según Luis Collado, responsable del área de búsqueda de libros de Google. De momento, 20.000 editoriales y 28 bibliotecas (Oxford, Harvard, Stanford y Nueva York, entre otras) han aceptado la oferta para digitalizar sus fondos y colgarlos en la web desde que la iniciativa se lanzó en 2004.
La primera institución española en sumarse fue la Universidad Complutense de Madrid, seguida de la Biblioteca de Cataluña. "Marcará un antes y un después en el acceso al conocimiento, hoy en día más del 90% de la humanidad no tiene fondos accesibles", indicó el director de la biblioteca Complutense, José Antonio Magán. Una pantalla y una línea telefónica permitirán combatir este desigual acceso al conocimiento. Sin censuras, según Collado.
La única diferencia entre países puede depender de las leyes que regulen la propiedad intelectual. Porque el proyecto defiende los derechos de autor. Hay obras de dominio público que pueden descargarse, como los Libros del saber de astronomía, de Alfonso X el Sabio, de los que se reproduce una página en la imagen.
Esta joya se encuentra en la Biblioteca Histórica de la Universidad Complutense, un espacio donde se conservan tesoros científicos y académicos como un poema carolingio de Rabanus Maurus del siglo IX, la Cosmografía de Claudio Ptolomeo (XV), la Biblia políglota (XVI) o un Quijote editado por la Real Academia en el XVIII.
Todos ellos, así como sus 725 incunables, podrán consultarse en Internet tras la digitalización iniciada esta semana.
Sin embargo, las obras con copyright permitirán sólo una consulta limitada a ciertos extractos y ofertarán opciones de compra online o listados de librerías cercanas. Es el equivalente a hojear un volumen en una librería, comparó Collado. En puridad, serán ojeados.
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